E N F E R M E D A D
17 de mayo 1889 La puerta del consultorio se abrió, el Dr. Armando le pedía cortésmente al joven Leonardo salir un momento al pasillo en lo que hablaba con sus padres. Los cuales esperaban angustiados desde hace media hora. Ruth y Ernesto entraron al consultorio, no querían más rodeos. ¿Su hijo salió positivo a la prueba o no? Armando tomó asiento y dio un último vistazo al papel donde había anotado todos los datos que vio en Leonardo. Se quitó los lentes y vio fijamente a ambos padres. Era obvia su respuesta. Ruth cedió ante las lágrimas, su hijo de apenas 15 años con una vida por delante... había resultado enfermo. ¿Pero como? ¿En qué momento? ¿Por qué a ellos? —Mantengan la calma, a lo largo de mi carrera me he topado con decenas de estos casos. Aunque debo admitir que ningún paciente que he tratado ha sido de una edad tan joven como Leonardo. Siempre han sido personas adultas, ya trabajadores, algunos hasta desempleados, pero nunca uno de ...