C A C H O R R O
—Buen día Señor Castillo, ¿De casualidad ha visto a mi pequeño Max? —Preguntó Tobias mientras le mostraba una foto impresa del cachorro color caramelo.
—Buen día Tobias, fíjate que no he visto pasar a tu cachorro por aquí.
—Ayer en la noche desapareció y lo extraño mucho —Exclamó mientras veía con anhelo la imagen de su fiel amigo.
El Señor Castillo voltio la mirada y llamo a su hijo mayor, Moisés, para preguntarle.
—¿Has visto pasar a este cachorro en lo que va del día?
—No, estuve lavando el auto en la mañana pero no vi pasar a ninguno igual.
—El pequeño dice que se le perdió ayer en la noche, ¿tampoco lo viste ayer?
—Nunca he visto pasar un perro así. Aunque... ¿a que hora exacta te diste cuenta que ya no estaba?
—A las 8 pm cuando le pensaba dar su cena, salí al patio y no lo encontré más.
—No se que piensan ustedes pero ayer a las 8:30 escuche que con la vecina un perro estaba ladrando.
—¿Que tiene que ver el perro de su vecina con el mio? —Preguntó confundido Tobias.
—La vecina no tiene perros y se me hace muy raro que justamente ayer escuche que estuvo ladrando uno toda la noche.
—¿Creen que ella se lo haya robado?
—Yo digo que sí. Vamos a ver, igual no perdemos nada con hacerlo.
El trió de hombres camino a la parte trasera de la casa y con la ayuda de una escalera, Moisés se subió a espiar.
—¡Max, Max! —Gritaba mientras le chiflaba al mismo tiempo. Tres intentos tuvo que hacer para que el cachorro color caramelo respondiera al llamado.
—¡Ese es mi pequeño Max! Sáquenlo de ahí por favor —Gritó alegremente el niño.
El señor Castillo pensó bien las cosas. Era obvio que el perillo le pertenecía a Tobias pero no sabia si era prudente entrar al territorio ajeno a rescatarlo. ¿Seria mejor esperar a que la vecina regresara y hablar con ella? A lo mejor no, si se lo había robado seria por algo más que solo tenerlo encerrado en su patio.
Con la ayuda de la escalera, el señor Castillo y su hijo cruzaron al patio ajeno, mientras que Tobias vigilaba que nadie llegara. Caminaron hasta donde el perro estaba encadenado y vieron que era un completo desorden. Había trozos de leña mojados por todos lados, basura y restos de cenizas en cada esquina. Con la ayuda de un martillo lograron romper la cadena y liberar al canino.
Gran sorpresa se llevaron cuando vieron a Tobias correr hacia ellos. Se excusaba que la vecina ya había regresado y tenían que apurarse.
Corrieron pero cuando iban a cruzar el cercado, la longeva mujer abrió la puerta que da con el patio y miró perpleja la escena. Inmediatamente el señor Castillo la ataco verbalmente mientras la llamaba ladrona para que los demás pudiera escapar.
—¿Por que se ha robado el cachorro de este pequeño niño? Vieja ladrona, si tanto quiere uno, vaya a comprarlo.
La señora estaba confundida, dejo caer la bolsa que traía entre las manos y corrió hacia Tobias para quitarle a su mejor amigo . El señor Castillo se interpuso para evitar que esta lograra su cometido.
—Ustedes no entienden, yo necesito a ese perro y lo necesito ahora, antes que llegue el atardecer —Exclamaba con una voz tan angustiada.
—¿Acaso ya se lo vendió a alguien más? Si tanto necesita el dinero yo se lo compro pero devuélvalo al niño.
La señora desesperada por obtener de nuevo al animal, se atrevió a morder al señor Castillo, el cual cayo al suelo del dolor. Moisés actuó rápido y empujo a la señora, la cual tropezó y termino tendida en el suelo.
Con la ayuda de Tobias, el Señor Castillo se levanto. Se puso la mano para cubrir la herida y la amenazo con llamar inmediatamente a la policía.
—Entiendan, yo trato de protegerlos, lo he estado haciendo cada año y no puedo fallar este día —Exclamó la señora mientras seguía inmóvil en el suelo.
—¿Proteger a quien? Espere... ¿cada año? ¿ significa que usted es la que se ha robado las mascotas en esta ultima década? El año pasado desapareció el chihuahua del vecino de enfrente y hace dos años mi gran danes apareció muerto misteriosamente.
La anciana se quedo callada, lo que afirmaba que era cierto. Todos los perros que habían desaparecido a lo largo de toda la colonia había sido por culpa de ella.
—Mi intención nunca fue hacerlo, pero es la vida de un perro a comparación...
—¿La vida de un perro? Sí, esa vida vale tanto como la de cualquier ser humano. Desquiciada... vieja bruja sin corazón, merece ir a la cárcel.
En ese momento la sirena de la policía se escucho. Moisés había llamado para denunciar la historia tan malévola que ocultaba la inocente anciana.
Los oficiales se la llevaron a la estación y dejaron curada la herida que esta le había producido al señor Castillo.
—Buen día Tobias, fíjate que no he visto pasar a tu cachorro por aquí.
—Ayer en la noche desapareció y lo extraño mucho —Exclamó mientras veía con anhelo la imagen de su fiel amigo.
El Señor Castillo voltio la mirada y llamo a su hijo mayor, Moisés, para preguntarle.
—¿Has visto pasar a este cachorro en lo que va del día?
—No, estuve lavando el auto en la mañana pero no vi pasar a ninguno igual.
—El pequeño dice que se le perdió ayer en la noche, ¿tampoco lo viste ayer?
—Nunca he visto pasar un perro así. Aunque... ¿a que hora exacta te diste cuenta que ya no estaba?
—A las 8 pm cuando le pensaba dar su cena, salí al patio y no lo encontré más.
—No se que piensan ustedes pero ayer a las 8:30 escuche que con la vecina un perro estaba ladrando.
—¿Que tiene que ver el perro de su vecina con el mio? —Preguntó confundido Tobias.
—La vecina no tiene perros y se me hace muy raro que justamente ayer escuche que estuvo ladrando uno toda la noche.
—¿Creen que ella se lo haya robado?
—Yo digo que sí. Vamos a ver, igual no perdemos nada con hacerlo.
El trió de hombres camino a la parte trasera de la casa y con la ayuda de una escalera, Moisés se subió a espiar.
—¡Max, Max! —Gritaba mientras le chiflaba al mismo tiempo. Tres intentos tuvo que hacer para que el cachorro color caramelo respondiera al llamado.
—¡Ese es mi pequeño Max! Sáquenlo de ahí por favor —Gritó alegremente el niño.
El señor Castillo pensó bien las cosas. Era obvio que el perillo le pertenecía a Tobias pero no sabia si era prudente entrar al territorio ajeno a rescatarlo. ¿Seria mejor esperar a que la vecina regresara y hablar con ella? A lo mejor no, si se lo había robado seria por algo más que solo tenerlo encerrado en su patio.
Con la ayuda de la escalera, el señor Castillo y su hijo cruzaron al patio ajeno, mientras que Tobias vigilaba que nadie llegara. Caminaron hasta donde el perro estaba encadenado y vieron que era un completo desorden. Había trozos de leña mojados por todos lados, basura y restos de cenizas en cada esquina. Con la ayuda de un martillo lograron romper la cadena y liberar al canino.
Gran sorpresa se llevaron cuando vieron a Tobias correr hacia ellos. Se excusaba que la vecina ya había regresado y tenían que apurarse.
Corrieron pero cuando iban a cruzar el cercado, la longeva mujer abrió la puerta que da con el patio y miró perpleja la escena. Inmediatamente el señor Castillo la ataco verbalmente mientras la llamaba ladrona para que los demás pudiera escapar.
—¿Por que se ha robado el cachorro de este pequeño niño? Vieja ladrona, si tanto quiere uno, vaya a comprarlo.
La señora estaba confundida, dejo caer la bolsa que traía entre las manos y corrió hacia Tobias para quitarle a su mejor amigo . El señor Castillo se interpuso para evitar que esta lograra su cometido.
—Ustedes no entienden, yo necesito a ese perro y lo necesito ahora, antes que llegue el atardecer —Exclamaba con una voz tan angustiada.
—¿Acaso ya se lo vendió a alguien más? Si tanto necesita el dinero yo se lo compro pero devuélvalo al niño.
La señora desesperada por obtener de nuevo al animal, se atrevió a morder al señor Castillo, el cual cayo al suelo del dolor. Moisés actuó rápido y empujo a la señora, la cual tropezó y termino tendida en el suelo.
Con la ayuda de Tobias, el Señor Castillo se levanto. Se puso la mano para cubrir la herida y la amenazo con llamar inmediatamente a la policía.
—Entiendan, yo trato de protegerlos, lo he estado haciendo cada año y no puedo fallar este día —Exclamó la señora mientras seguía inmóvil en el suelo.
—¿Proteger a quien? Espere... ¿cada año? ¿ significa que usted es la que se ha robado las mascotas en esta ultima década? El año pasado desapareció el chihuahua del vecino de enfrente y hace dos años mi gran danes apareció muerto misteriosamente.
La anciana se quedo callada, lo que afirmaba que era cierto. Todos los perros que habían desaparecido a lo largo de toda la colonia había sido por culpa de ella.
—Mi intención nunca fue hacerlo, pero es la vida de un perro a comparación...
—¿La vida de un perro? Sí, esa vida vale tanto como la de cualquier ser humano. Desquiciada... vieja bruja sin corazón, merece ir a la cárcel.
En ese momento la sirena de la policía se escucho. Moisés había llamado para denunciar la historia tan malévola que ocultaba la inocente anciana.
Los oficiales se la llevaron a la estación y dejaron curada la herida que esta le había producido al señor Castillo.
Eran las siete de la noche y Tobias estaba en el patio con Max mientras leía un libro. El señor Castillo salio a sentarse con él y le contó que ya había llamado a sus padres para que lo fueran a recoger.
—¿Que es lo que lees? —Preguntó Moisés mientras se asomaba al lugar.
—El oficial de policía me lo dio, dice que estaba tirado en la escena del crimen.
El señor Castillo pidió ver el libro. Era viejo y su titulo muy aterrador. "Arte oscura: invocaciones y ofrendas" Un guarda pagina le llamo la curiosidad y al leer en voz alta el tema en el que estaba puesto, sintió como un aire frió le rozo todo el cuerpo.
" Como volver a dormir a Belbeku: Solo necesitas ofrecerle en sacrificio un perro. Belbeku ama la sangre de estos seres vivos tan leales y llenos de amor. Es la única delicia a su paladar. Debes sacrificarlo antes de las siete de la noche del ultimo día de luna llena o si no el retornara a la tierra debido a su maldición anual. "
Los chicos se quedaron horrorizados. Con miedo elevaron la vista al cielo y notaron como la hermosa luna llena se tornaba oscura, como si de un eclipse se tratara. El aire se volvió intensamente frió y empezaron a escuchar voces por todos lados.
Pareciera que fuera broma pero todo tenia razón. La anciana si quería protegerlos del demonio oculto. Pero era demasiado tarde, el reloj marcaba las 7:10 de la noche cuando el suelo se agrieto súbitamente y de ahí empezó a crecer una extraña y tenebrosa sombra de tres metros.
-Lemon Juice
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