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E N F E R M E D A D

    17 de mayo 1889 La puerta del consultorio se abrió, el Dr. Armando le pedía cortésmente al joven Leonardo salir un momento al pasillo en lo que hablaba con sus padres. Los cuales esperaban angustiados desde hace media hora.  Ruth y Ernesto entraron al consultorio, no querían más rodeos. ¿Su hijo salió positivo a la prueba o no?    Armando tomó asiento y dio un último vistazo al papel donde había anotado todos los datos que vio en Leonardo. Se quitó los lentes y vio fijamente a ambos padres. Era obvia su respuesta. Ruth cedió ante las lágrimas, su hijo de apenas 15 años con una vida por delante... había resultado enfermo.  ¿Pero como? ¿En qué momento? ¿Por qué a ellos? —Mantengan la calma, a lo largo de mi carrera me he topado con decenas de estos casos. Aunque debo admitir que ningún paciente que he tratado ha sido de una edad tan joven como Leonardo. Siempre han sido personas adultas, ya trabajadores, algunos hasta desempleados, pero nunca uno de ...

Hasta donde sea que te encuentres

  Estoy sentado a la orilla de mi cama, mis pies descalzos están sobre el frío piso mientras que mi respiración trata de calmarse. Enciendo brevemente el celular para darme cuenta que son las 3 de la madrugada. Ya es la cuarta vez esta semana que me pasa lo mismo. De qué me sirve acostarme desde las 9 de la noche obligándome a dormir temprano si estaré tres horas con los ojos cerrados pero escuchando y sintiendo todo a mí alrededor. Y cuando por fin le he ganado la batalla al insomnio, te apareces entre mis sueños. Me despierto de golpe, asustado y con la respiración alterada. Como si ahogándome con una bolsa de plástico sobre el rostro se tratara.  No quiero seguir sentado mientras veo la completa oscuridad, así que salgo de mi habitación y subo las gradas para el tercer nivel. El cielo estrellado me da la bienvenida cuando salgo a la terraza. Siempre que subíamos te gustaba observar detalladamente las casas que se podían ver a los lejos. Y aunque para mí era una vista medioc...

H E R O E

11:30 de la noche y el sonido de llamada me despertó. Adormitado  empece a palpar la mesita de noche para encontrar mi celular. No me moleste en revisar quien llamaba, simplemente presione el botón verde y espere a reconocer la voz.  Era Gerardo, mi mejor amigo. Se encontraba afuera y quería que le abriera.  Me levante rápido, me lave el rostro y baje al primer nivel para abrirle la puerta. Ahí estaba él, recostado sobre su auto negro. La poca iluminación del poste eléctrico fue suficiente para que observara que estaba golpeado. Lo deje pasar y subimos a mi habitación. El ojo izquierdo morado, el labio con una cortada, sangre seca de ambos orificios nasales y el pómulo derecho hinchado. Agregando que su chaqueta de cuero negra estaba rasgada y sus nudillos rojos.  —¿Que pasó esta vez?   —Le pregunté mientras abría el pequeño refrigerador que estaba en mi habitación para sacar una bolsa de hielo en gel. —Dos hombres habían acorralado a una chica cerca d...

E X P E R I M E N T O

 Cuatro días habían pasado desde que el Dr. Morgan no se presentaba al Laboratorio de Experimentación Artificial.  Sus dos empleados, Lucía y Ramón estaban preocupados. En ningún momento él dijo que saldría de viaje, las llamadas nos las respondía y su exesposa no sabía de su paradero. Esa noche los jóvenes fueron a buscarlo a su departamento. Edificio Norte, nivel 3, puerta 15.  Tocaron 3 veces a la puerta pero nadie respondía. Lucía se tiró al piso y vio debajo de la puerta, muy tenuemente se observaba luz. Las dudas empezaron a llegar. ¿Y si estaba secuestrado? ¿Y si se enfermo gravemente? Tenían que resolver de una vez por todas todo el rollo misterioso y con mucho valor, Ramón empezó a forcejear la puerta hasta lograr abrirla.  La luz del corredor estaba encendida. El miedo por encontrarse un intruso hizo que tomaran algo para defenderse. Ramón tenía una pequeña estatuilla de metal mientras que Lucía una sombrilla. Llegaron hasta el corredor y vieron que la puer...

S E X T I N G

Ricardo se mostraba impaciente porque la página web no cargaba rápido y su amigo le dijo que a las 10 en punto de la noche, las cosas en el sitio web se ponían "interesantes" Ya habían pasado 15 minutos y no quería perder más tiempo, esa noche estaba dispuesto a probar que tan verídico era lo que tanto  le decían. La pantalla se puso oscura y luego apareció una notificación que le pedía que ingresara un nombre de usuario. Sentía que solo poner su nombre real no iba a llamar la atención de nadie así que decidió agregarle un pequeño detalle. Ricardo20cm se ha conectado al chat. Apareció después de pulsar el okey. La pantalla se empezó a llenar de muchas opciones a elegir tanto hombres como mujeres. —Que asco, vengo a ver chicas, no pendejos más feos que yo.  —Se decía desesperado mientras trataba de encontrar algún filtro para que solo le aparecieran mujeres.  Su búsqueda termino cuando en la esquina izquierda encontró los ajustes y venía con premio doble...

NO CONTIGO

Le hable por primera vez aquella mañana de enero. Ella trabajaba de secretaria de un abogado y yo era un repartidor de correos. El abogado hacia tantos pedidos que sin mentirles, una vez al mes tenia que visitarlo para entregarle todo lo que ordenaba. Entonces pensé, si la voy a estar viendo mensualmente quiero  por lo menos, hacer una amistad con ella. Con mucho miedo me anime a hablarle, ella siempre con una sonrisa me seguía la plática hasta que el quinto mes me regalo su número. A veces con la excusa más estúpida le llamaba un día antes solo para decirle que llegaría con un paquete.  Mi felicidad se terminó cuando un año después me despidieron del trabajo. Encontrar un nuevo trabajo no me dolia, pero el hecho de ya no poder verla me angustiaba. Ya no pude despedirme personalmente de ella, ya la había visitado cuando me notificaron de mi despido. Esa misma noche con un nudo en la garganta la llame, no miento al decir que  una hora antes, estaba pensando exactame...

C A C H O R R O

— Buen día Señor Castillo, ¿De casualidad ha visto a mi pequeño Max?  —Preguntó Tobias mientras le mostraba una foto impresa del cachorro color caramelo.  —Buen día Tobias, fíjate que no he visto pasar a tu cachorro por aquí.  —Ayer en la noche desapareció y lo extraño mucho  —Exclamó mientras veía con anhelo la imagen de su fiel amigo.  El Señor Castillo voltio la mirada y llamo a su hijo mayor, Moisés,  para preguntarle. —¿Has visto pasar a este cachorro en lo que va del día? —No, estuve lavando el auto en la mañana pero no vi pasar a ninguno igual.  —El pequeño dice que se le perdió ayer en la noche, ¿tampoco lo viste ayer? —Nunca he visto pasar un perro así. Aunque... ¿a que hora exacta te diste cuenta que ya no estaba? —A las 8 pm cuando le pensaba dar su cena, salí al patio y no lo encontré más.  —No se que piensan ustedes pero ayer a las 8:30 escuche que con la vecina un perro estaba ladrando.  ...